Según la Medicina Tradicional China cada uno de los órganos está relacionado con las diferentes emociones:
El Corazón con la alegría y alegría excesiva.
El Bazo con la reflexión y reflexión excesiva.
El Pulmón con la tristeza.
Ell Riñón con el miedo.
El Hígado con la ira.
Aprender a gestionar las emociones es importante para no acumularlas, no cargar estos órganos y permitir que la energía fluya. De otro modo vamos conteniendo emociones que luego saldrán a la superficie en forma de síntomas y enfermedades.
Para gestionar estas emociones es importante que escuches tu cuerpo y que seas sincera con lo que sientes. Hay que aprender a expresar, desde el amor y el respeto, aquello que sentimos.
Algunas veces lo expresaremos hablando con alguien, otras podemos transformarlas mediante la creatividad.
El perdón y la gratitud nos ayudaran a liberar las tensiones a la vez que tomamos conciencia de aquello que esa emoción viene a recordarnos.
Es importante no aferrarse a la emoción, simplemente escucharla, sentirla y dejarla ir.
Dale el tiempo que necesites para que la emoción se exprese, hay emociones que necesitan su tiempo, su espacio.
Permitete la tristeza, la digna rabia y luego sueltalas.
Respira, no tenemos por que siempre estar de buen humor, pero poco a poco, si das espacio a las emociones vas a conectar con un bienestar más profundo.
A continuación te explico una práctica toísta para la gestión de las emociones.
La práctica de la sonrisa interior nos permite liberar las tensiones y emociones estancadas en los órganos.
¡Empezamos!
- Busca un espacio tranquilo, acogedor.
- Usa ropa cómoda.
- Sientate en una posición cómoda y con la espalda recta.
- Las piernas estarán separadas y los pies en el suelo. (Es la posición que se recomienda, pero puedes buscar una posición cómoda para ti).
- Coloca la lengua en el paladar, deja que descanse en los dientes.
- Sonríe y siente la sonrisa, respira tranquilamente y relájate.
- Cierra los ojos y envíales una sonrisa: A tu nariz, tu boca, tus ojos, tus oidos… Recorre tu cuerpo, cada órgano y envíales una sonrisa. Ves bajando hasta llegar a los pies.
- Aprovecha la meditación para recorrer tu cuerpo y enviar una sonrisa a cada órgano, cada célula, cada hueso, cada músculo….sonrie y siente la gratitud por tu cuerpo. Escuchalo.
Realiza esta práctica periodicamente.
¡Sonrie !
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