¿Cuantas veces has buscado la aprobación de tu familia, de tus amigos, de los más cercanos?

¿Cuantas veces te has frustrado porque la situación que vives no es la que tú quieres vivir?

¿Cuántas veces te has puesto triste o te has enfadado por no recibir la respuesta de alguien o por no recibir la respuesta que tú esperabas?

Todo esto nos muestra como dejamos nuestro poder, nuestra felicidad en las manos de otros. Nuestra felicidad depende de que las cosas sean como queremos que sean, depende de que tal persona apruebe lo que estás haciendo, depende de que otro te responda como tus esperas.

Tu Vida está en manos de otros, está condicionada por el exterior.

Y si, es normal, queremos que la gente nos quiera, queremos gustar a los demás, somos humanos, somos sociables y necesitamos del afecto de los demás.

 

Y, ¿Cómo ser feliz en situaciones que no nos agradan?

No es fácil hacer el camino de buscar  la felicidad adentro y no afuera y no voy a ser yo quien te diga que soy maestra en ese arte.

Mientras nuestro eje esté afuera somos como hojas movidas por el viento, a merced de las corrientes.

Recupera tu centro, se tu propio eje.

Empieza una relación de Amor contigo misma, busca tu comprensión, tu amor, tu afecto, tus mimos, tu validación, tu aprobación, tu apoyo. Se tu eje, se tu centro.

 

Esto no quiere decir que te alejes del mundo, que no busques el compartir, que no quieras el afecto, sino que te vas a relacionar desde tu plenitud y no desde la carencia.

Ser feliz es tomar la decisión de estar en paz con todo lo que sucede y no es por conformidad, sino por confianza en que el Universo es pura armonía y que va más allá de nuestro entendimiento.

Aceptar las cosas como son no es incompatible con establecer tus límites y tomar las acciones que sientas para reestablecer los desequilibrios energéticos.

Habrá casos en los que has de decir » No», otros casos en los que tendrás que exigir tus derechos, otros en los que tendrás que asumir tu responsabilidad, otros en los que solo podrás buscar en el silencio la paz para tu corazón.

A continuación vamos a hacer un ejercicio de Qi Gong para enraizarnos, “Abrazar el árbol”, “Zhang Zhuang”.

De pie, con los pies en la Tierra para enraizarte. Ábre los pies a la altura de tus caderas. Flexiona las piernas. Relaja tus hombros y abre tus brazos como si abrazaras un árbol. Relájate y respira pausadamente.

Conéctate con tu centro energético, con tu tan tien, situado dos dedos debajo de tu ombligo. Siente la energía que sube por detrás de las piernas, sube por la espalda hasta sube la cabeza y baja por tu frente, tu  pecho, tu abdomen hasta tu tan tien, donde guardas tu energía.

Siente el vacío entre tus brazos, el Universo entero te sostiene. Siéntelo, escúchalo, te va a guiar. Siente la Tierra que te sostiene, enraizate, deja que tus raíces sean fuertes, que se nutran con la savia. Gracias Tierra, Pachamamita por sostenerme. Gracias Cielo por permitirme expandir mis ramas hasta donde mis sueños alcancen.

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